Cada vez que aparece un nuevo dispositivo de visualización de información se especula sobre como podría impactar en nuevas prácticas y utilidades de formación.
Las pizarras, las tizas de colores, la radio, la televisión, los ordenadores, han sido en todos estos años ejemplos claros de esta discusión.
Cada uno de ellos ha tenido su tiempo y espacio.
Hoy, con el elearning asentado como modalidad, y con un uso creciente, comenzamos a pensar “seriamente” en que ha llegado el tiempo del Mobile Learning.
Hasta ahora, los dispositivos no eran apropiados, ya sea por el tamaño de las pantallas, o por la calidad de la conexión.
En este momento, con la expansión del mercado de tablets y terminales con pantallas “generosas”, se hace más interesante y viable la idea.
Solo nos queda por decidir si dedicaremos esfuerzo en adaptar el contenido actual a dichos terminales o si crearemos desde cero.
No se trata solo del dinero a invertir. Todo lo que tenemos desarrollado para entornos “PC” puede no servir, por estar basados en FLASH, algo que no soporta IPAD ni la mayoría de los terminales móviles de mercado.
Estamos ante una disyuntiva real: se deja morir a flash y comenzamos a desarrollar en un entorno único multisoporte (html5 o 6) o hacemos convivir varias soluciones a la vez, desde el mobile learning.