Mail, WhatsApp, Apps, Blogs, Wikis, Redes… ¿A quién atiendo?

Por el 16 marzo, 2017

Son las 20:42 y acabo de recibir un mail en la cuenta del trabajo (actualmente tengo tres cuentas de correo electrónico activas: la del trabajo, la personal-profesional y la personal-amigos íntimos), y ya que lo había terminado de leer, me encuentro con 2 notificaciones en WhatsApp, 3 de LinkedIn, 2 de Facebook y una llamada perdida…

En ese mismo momento me llama mi hija para enseñarme los dibujos que está viendo en el iPad y caigo en la cuenta de que en todo este proceso, he olvidado contestar el mail recibido… o quizá no…, vuelvo al inicio, al mail del trabajo, y sí, había contestado, un mail escueto, seguro que no había prestado la atención suficiente a la respuesta…

¿Sabremos algún día cuál es el límite de estímulos que podemos atender correctamente?

La atención dividida se puede definir como la capacidad que tiene nuestro cerebro para atender a diferentes estímulos o tareas al mismo tiempo, y así, dar respuesta a las múltiples demandas del ambiente. La atención dividida es un tipo de atención simultánea que nos permite procesar diferentes fuentes de información y ejecutar con éxito más de una tarea a la vez. Esta habilidad cognitiva es muy importante puesto que nos permite ser eficientes en nuestro día a día.

Sin embargo, nuestra capacidad para atender y realizar varias tareas en paralelo tiene límites. Al dividir la atención, se reduce el rendimiento o la eficiencia de las tareas que se están realizando a la vez.

Cuando una persona tiene dificultades para atender simultáneamente a los diferentes estímulos del ambiente, se produce un fenómeno conocido con el nombre de interferencia. Las interferencias se dan porque nuestro cerebro solo puede procesar una cantidad limitada de información.

Por otro lado, el entorno cada vez incorpora más inputs de información y además estos nos llegan por más canales, y por si esto no fuera suficiente, debemos ser capaces de atender a todo y segmentar la información, es decir, valorar y clasificar todo lo que vemos, leemos, oímos por los diferentes canales para quedarnos sólo con la información que realmente necesitamos para desempeñar nuestra tarea, en este punto es cuando entra en juego la gestión de la carga cognitiva, entendida como la capacidad de discriminar y filtrar la información por orden de importancia.

Existen diferentes metodologías para mejorar la gestión de la carga cognitiva.

Actualmente cualquier búsqueda de información en la red, por extraña que sea, nos proporciona miles de entradas con datos que en muchas ocasiones es difícil saber si realmente son ciertos, si tienen algún estudio científico de base, o simplemente si es eso lo que realmente estamos buscando.

En este sentido lo ideal es construir o aumentar la información partiendo de una base previa, pero como esto no siempre es posible recomiendo Scholar Google ya que en la mayor parte de los casos hay una investigación detrás de cada artículo, pero sobre todo recomiendo no mirar el mail después de tu jornada de trabajo…, debería ser un delito.

A partir de determinada hora, desconecta, disfruta con lo que más te guste que seguro es un buen ejercicio para mejorar tu capacidad de atención y saber discriminar entre los diferentes estímulos.

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