La tecnología wearable llegó a nuestras vidas hace relativamente poco, pero desde el primer momento se intuía el posible potencial de estos dispositivos. Aunque tal vez nacieron con un objetivo meramente lúdico y con el fin de entretener, sus posibilidades son tan amplias que pueden llegar a formar parte de nuestro día a día, en cualquier contexto, incluido en el trabajo.
¿Cómo pueden los wearables influir en los procesos e-learning y en el día a día?
Los dispositivos de realidad virtual, las Google glass y su realidad aumentada o los smartwatches ya tienen su utilidad como medios para la formación y el aprendizaje. Cuentan con muchas virtudes, como:
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Son inmersivos
Tienen la capacidad de trasladarnos a escenarios simulados, que no son reales, o de alterar directamente la realidad. Pudiendo formar a trabajadores en cualquier entorno que se nos ocurra.
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Son eficientes
A raíz de lo mencionado, ese tipo de cosas pueden producirse con un coste muy inferior al que tendríamos que afrontar si quisiéramos recrear en la vida real dichos espacios.
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Acceso instantáneo
Sobre todo con los smartwatches, incluso más fácilmente que con los smartphones. Un simple giro de muñeca y podemos tener acceso a todo tipo de consejos e información relevante para nuestra formación.
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Colaboración perfecta en el trabajo
Poder transportarte a cualquier lugar del mundo con la RV o RA, contactar con tu smartwatch en un momento con algún compañero… En definitiva, volver la comunicación (a distancia) más orgánica.
Las empresas cada día son más conscientes de este es el futuro más cercano y ya buscan la manera de implementar estas tecnologías en su día a día.