Prejuicios más habituales sobre la propia reputación On-line

Por el 28 mayo, 2018

Cuando me decidí a escribir en este blog, en lo primero que pensé fue: “¿Para qué, si cuando lo termine de escribir ya estará obsoleto?” Me pude autoconvencer con este razonamiento, pero mi congénito espíritu aventurero e inconformista, me hizo ir un poco más lejos, y me pregunté a mi mismo: “¿No es pereza?” Y me respondí: “No me apetece decir lo que pienso sobre los problemas de las empresas con su reputación On-line”.

Entonces, ¿Qué es lo que me pasaba? Pues estaba claro. Había caído en el circulo vicioso (por prejuicioso) del “estos tiempos adelantan que es una barbaridad” y, o alguien ha escrito algo mejor, o se me ha quedado ya viejo.

Encontrada la palabra clave (“Prejuicio”) pensé en páginas internet de empresas que disfrutan enormemente vigilándose su propio ombligo porque al sacar su página piensan que ya está todo hecho.

He aquí algunos de los principales prejuicios que tienen las empresas que venden fundamentalmente On-line con su reputación.

prejuicios reputación on-line

Es un trabajo de influencers. Error. La opinión sobre la página web concierne a todo tipo de internautas y organizaciones: públicas, privadas, niños, mayores, ricos, pobres, conservadores, progresistas… Desde el momento en que se conecta alguien, ya existe un mínimo de audiencia que tenderá a crecer (amigos, followers,…) por lo que la visibilidad de lo escrito puede llegar a tener un impacto muy fuerte.

Todo está controlado; las reglas de la comunicación digital son ya muy maduras y sus efectos ya también muy estudiados. Error. Las reglas de comunicación no son más que premisas basadas en experiencias pasadas. No se puede prever nada, excepto la capacidad de los internautas de difundir sus mensajes por diferentes medios y cada vez con mayor rapidez y menor capacidad de supervisar.

Los lectores están en el exterior de la empresa. Error. Se suele pensar instintivamente que el seguimiento de una campaña, por ejemplo, se debe de hacer en el exterior (periodistas, internautas, blogueros…), pero a menudo se piensa poco en el interior de la propia empresa. Los colaboradores, otros responsables de otras áreas de la empresa, y muchas más personas pueden tener informaciones potencialmente mucho más sensibles que alguien del exterior.

La reputación es el marco del marketing digital. Error. Si la estrategia en Internet no es coherente con la estrategia de comunicación, de su responsabilidad social corporativa, de las condiciones de trabajo, del tipo de liderazgo de la empresa…, esta diferencia convertirán en negativos los esfuerzos que se hagan desde la digitalización. La reputación, sobre todo en medianas y grandes estructuras, debe pensarse, sobre todo, como una pieza más de la reputación global de la empresa.

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Es suficiente realizar un seguimiento en Twitter o Facebook. Error. Cuidado con los efectos de las modas. Instagram, Linkedin, Google +, Youtube, Pinterest, Snapchat… pueden suponer otro tipo de público cuya opinión puede afectar de forma muy diferente la reputación de la marca.

Seguir un panel de páginas de Internet con cierta regularidad, es suficiente. Error. El internauta no simplemente navega y hace sus compras. Cuando realmente busca un producto o servicio, los internautas visitan en promedio de 7,5 páginas de internet. Parece fundamental el evaluar continuamente los paneles para tener la mayor cantidad de información posible.

En la red, se comunica con todos los interlocutores de la misma forma. Error. Es fundamental evaluar a los visitantes, para analizarles y evaluarles en función de su perfil. No es lo mismo mantener una relación comercial con un fan de Twitter, que con un fan de Linkedin o Pinterest. Cada uno tiene sus características y por tanto la comunicación con cada uno de los grupos, debiera de ser distinta.

 

No pretendo ser exhaustivo. Solo pretendo abrir debate en este blog para que entre todos, twitteros, facebookeros, linkedineros, y demás usuarios de redes sociales, pongamos en tela de juicio algunos de los “dejá-vus”, que por obvios, nos impiden actuar eficazmente On-line en nuestras empresas sean del tipo que sean.

Simplemente he intentado reflejar algunas de las fallas que respecto a la reputación On-line he visto como consultor en un buen número de clientes.

Os invito a que opinéis sobre este tema en la sección de comentarios y recordaros que podéis reforzar vuestra estrategia de comunicación en redes con este curso de Cegos.

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