¿Es la digitalización el nuevo traje del emperador?

Por el 15 noviembre, 2016

Llevamos tiempo escuchando hablar de la digitalización, en la sociedad, en las empresas y organizaciones, en las relaciones… Hace 18 años Chris Argyris publicaba un artículo en la Harvard Business Review, titulado “Empowerment: The Emperor’s New Clothes”, y gran parte de lo que este autor y profesor mencionaba sobre el empowerment deberíamos contrastarlo contra este nuevo contexto. Te invito a leer la siguiente cita y reemplazar empowerment por digitalización:

“[…] Thus, despite all the best efforts that have gone into fostering empowerment, it remains very much like the emperor’s new clothes: we praise it loudly in public and ask ourselves privately why we can’t see it. There has been no transformation in the workforce, and there has been no sweeping metamorphosis”.

¿Qué podemos aprender de los nativos digitales?

eradigitalizacionSabemos que algo está cambiando, pero a día de hoy en ponencias, eventos, encuentros, publicaciones, seguimos respondiendo a las mismas preguntas: ¿estamos preparados?, ¿sabemos qué hacer?, ¿qué podemos aprender de los nativos digitales? La gran parte del tiempo que dedicamos a hablar de la digitalización es para decir que está aquí, que nos obliga a cambiar, que no podemos obviarla… Pero, a esta altura, ¿alcanza con simplemente nombrarla y tomar conciencia? Cifras, datos, números, relatamos lo que es evidente… No, no alcanza, si queremos abrazarla debemos transformarnos; sencillamente si no hemos cambiado en nuestra forma de “hacer”, entonces no hemos digitalizado.

Hoy todos hablamos de digitalización sabiendo que está presente…

…que es trascendente, que es innovación y a la vez un proceso completo de transformación… En nuestra economía aparecen nuevos sectores y negocios dinamizados eminentemente por la digitalización. Y los mensajes “los millenials saben […]” o “los nativos digitales logran […]” no hacen más que reforzar la idea de que puede que no estemos preparados, que el mundo cambia y gira y nosotros en nuestra inercia no sabemos notar si estamos realmente en la dirección correcta o nos hemos desviado por una tangente. Muchísimas empresas tienen un área o departamento de Digitalización o Transformación digital, incluso el Gobierno crea un Ministerio de Agenda Digital…

En mi opinión no deberíamos tener unidades ni departamentos independientes, claramente son cuerpos de transformación, organismos transversales dedicados a asegurar, parafraseando a un compañero y la Ley citada en su post, que la velocidad de cambio dentro de la organización debe ser al menos igual a la velocidad de cambio fuera de ella (en la sociedad). Hablábamos hace unos días con un grupo de empresarios y directivos sobre 3 escenarios: tu organización ya es digital, tu organización está en proceso de transformación, o tu organización no necesita digitalizarse… Casi todos responden que su escenario es el segundo. Y casi todos dicen que la transformación digital afecta a todos, no solo a los del departamento A o el negocio B. Por tanto las iniciativas de digitalización son transversales, no son líneas, no son unidades, no son un nicho, porque lo que hagas en un área sistémicamente afectará a todas las demás.

Mi opinión es que la digitalización se parece al traje del cuento de Andersen, pero con una sutil diferencia: este traje sí que existe, sí que es mágico, y no todos han logrado admirarlo a día de hoy. La digitalización es una nueva realidad aunque es difícil de explicar a quien no la ha visto aún, aunque se hable mucho de ella.

digitalizarY a día de hoy sigo escuchando la pregunta de qué es o cómo definir la digitalización, cada semana muchas veces, distintas personas, en distintos entornos; admito que si te encuentras en una situación similar puedes sentir cierto déjà vu.

Es que digitalización es un nuevo lenguaje, un nuevo método…

…un nuevo mercado y canal (el más creciente), que en breve estará casi en todo. En los negocios se trata de producir diferente, servir diferente, comprar diferente, vender diferente… actuar diferente. Y por tanto es una reinvención; es razonable decir que es una revolución: dentro de 3 años (por decir algo, que tiene que ser pronto) no deberíamos seguir hablando de digitalización, por tanto ya hoy deberíamos acostumbrarnos a considerarla parte de la realidad, así como cuando por ejemplo decimos “e-commerce” ya alcanzaría con hablar de “commerce”, o en vez de “marketing digital” deberíamos hablar de marketing (no es diferente, es la nueva forma de hacer). ¿Para qué ponerle apellido a las cosas cuando muy pronto casi todo tendrá el mismo apellido? Me pregunto si es relevante la taxonomía en este caso… Siempre podremos innovar con los nombres, mientras nos aseguremos de que tenemos las competencias adecuadas.

¿Y si simplificamos? Digitalizar un negocio, producto o proceso es adecuarlo para responder a las nuevas pautas de consumo (que son digitales). Si a día de hoy seguimos preguntándonos por la textura y el color de la digitalización (como el traje del emperador), posiblemente es porque no nos dimos cuenta aún de que es la textura y el color de gran parte de nuestras interacciones y operaciones. En poco tiempo, casi todos seremos “digitales”: este es nuestro nuevo paradigma… y como pasa con los paradigmas, no nos lo cuestionaremos ni deberemos explicarlo.

Ver artículo >> “Empowerment: The Emperor’s New Clothes”

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