Entornos colaborativos donde trabajan equipos multidisciplinares con un bagaje distinto y en los que se promueve la formación y el desarrollo de los empleados a través de distintas plataformas, recursos y prácticas que persiguen un único fin, dotar de habilidades personales y grupales al equipo en pos de una mayor productividad del negocio. Este sería el telón de fondo de los denominados learning ecosystems o marcos en los que, más allá de formaciones al uso, se fomenta el trabajo en equipo, la escucha activa, el feedback y la experiencia y la práctica en el puesto de trabajo. En este escenario, la importancia de formarse a lo largo de la vida profesional toma más peso que nunca, convirtiendo a los propios empleados en el epicentro de su propio aprendizaje.
Los learning ecosystems, entornos flexibles
Los primeros en hablar de los learning ecosystems fueron Morgan McCall, Robert W. Eichinger y Michael M. Lombardo, del Center for Creative Leadership de Greensboro (Carolina del Norte). Y lo hicieron en la década de los 80 del siglo pasado para referirse a un sistema de aprendizaje colaborativo donde el 70% del aprendizaje del empleado procedía de las experiencias del día a día, un 20% de la comunicación y del feedback con otras personas y el 10% restante, de los cursos y demás formación formal.
Siguiendo la estela de ese esquema, las compañías ya no apostarían por modelos de aprendizaje tradicionales, sino que crearían entornos dinámicos y flexibles capaces de absorber sus propias necesidades y las de sus colaboradores, así como de adaptarse a los cambios y retos que sucedan en cada momento.
La empresa deberá proporcionar asimismo los recursos necesarios para que el proceso de aprendizaje sea efectivo, así como empoderar al empleado para decidir de qué tipo de experiencias y personas desea rodearse a la hora de crecer personal y profesionalmente. Un escenario que los mandos intermedios y superiores deben promover, a sabiendas de que el 25% de profesionales reconoce que un liderazgo eficaz por parte de sus managers tiene un impacto real en la mejora de su rendimiento.
Blended learning
Muchos expertos también inciden en que, lejos de tratarse de un entorno fijo, los learning ecosystems, como ya deja entrever el término ‘ecosistema’, se caracterizan por sus complejas interacciones y la evolución de las partes. Una evolución, afirman, que debe valerse de un conjunto de personas, herramientas de rendimiento en tiempo real (checklists, guías de referencia…); redes sociales, elementos formales de aprendizaje (vídeos, webinars, talleres…); plataformas tecnológicas (LMS, intranets, etc.) y mucho más. Un despliegue que otros expertos en la materia han acuñado como “blended learning” por la multiplicidad de personas, recursos y entornos que requiere y que puede complementarse de prácticas como la movilidad (vertical, horizontal, interdepartamental o internacional), las app corporativas, las acciones de RSE y voluntariado corporativo, el networking, los encuentros informales entre managers y subordinados, los desayunos corporativos, etc.