Y ahora con la digitalización, ¿es más fácil ofrecer y conseguir empleo?
La digitalización, como fenómeno tecnológico y social, se nutre de un nuevo lenguaje y un nuevo canal que reduce distancias y elimina barreras: en los negocios, en los procesos, en las relaciones. Cuando nos referimos al “Empleo en la Era Digital” pensamos casi instantáneamente en las redes sociales y los motores de búsqueda, que facilitan la unión de los dos puntos: el candidato y la empresa.
Estas nuevas herramientas son de gran ayuda para el candidato en búsqueda de empleo, en tanto le sugieren “contactar con…”, “seguir a…”, “inscribirse en…”, “mejorar su perfil mediante…”, etc.
Y las opciones que le dan a la empresa también son múltiples. Existen nuevas (y más útiles) fuentes de reclutamiento, que le permiten tener mejor visibilidad del perfil del candidato a la vez que le aconsejan sobre cómo fortalecer su “employer branding” o mejorar el “job posting”, entre otros.
¿Cómo se beneficia el candidato en la era digital?
- Tiene mucho más conocimiento sobre las empresas a las que se postula, porque prácticamente toda la información es accesible (tanto la información generada por la empresa como la generada por la comunidad).
- Enriquece constantemente su marca personal / profesional en tanto elige en qué comunidades participar, a qué contenido acceder, qué competencias incorporar… y además hoy puede ver cuantos perfiles quiera (a los de la generación X y anteriores: ¿alguno recuerda cómo preparaba su currículum en el siglo XX? ¿A quién se le preguntaba? ¿A cuántos CV o perfiles similares podía acceder?)
- Puede obtener consejos “personalizados” para mejorar sus candidaturas (consejos que en realidad surgen de un complejo cálculo basado tratamiento de datos masivos, estudios de regresión y simulaciones que una máquina hace en nanosegundos).
Ahora bien, desde el punto de vista de la empresa, la digitalización nos abre un nuevo universo de posibilidades que enriquecen el proceso completo de selección y talento, más allá de las evidentes ventajas en el reclutamiento desde la proliferación y sofisticación de las redes profesionales y los motores de búsqueda de empleo. Podemos sacarle mucho provecho adaptando o creando nuevas herramientas para gestionar los procesos de adquisición, el desarrollo y la fidelización del Talento (y mucho más).
Por tanto, ¿cómo se beneficia la empresa en la era digital?
- Como anticipábamos, las ventajas en el reclutamiento son evidentes, los candidatos están mucho más visibles y próximos y de ahí la
- Desde el punto de vista de la evaluación, seguimos incrementando los tamaños de muestra que permiten tener baremos cada vez más contrastados a la hora de analizar perfiles competenciales.
- En otra dimensión, la evaluación (o incluso el perfil) puede ser hoy rápidamente actualizada con checklists de indicadores clave de desempeño de la población con mayor talento en la compañía: algo así como “calcular” el ADN del éxito de la compañía en vez de “descubrirlo” intuitivamente. Los indicadores clave de talento o incluso de alineación o compromiso pueden ser tan evidentes como ocultos: es solo un cálculo, ahora es más sencillo de hacer.
- Una vez seleccionado el candidato, el plan de acogida puede modelizarse con sistemas predictivos del desempeño futuro (qué han hecho los candidatos con mejores KPIs en su primer año, mejor crecimiento anual en performance, mejor carrera profesional, etc.).
En resumen, la digitalización permite obtener información más rápidamente, permite complementar la intuición y el análisis objetivo individual con indicadores predictivos basados en el tratamiento de enormes cantidades de datos (tan enormes como podamos generar o medir). Y brinda beneficios tangibles tanto para el candidato como para la empresa.
¿Es ahora más fácil? Yo diría que es más rápido, y más efectivo. Quizás es fácil para la nueva generación de los “millenials”… Para los demás, sigue siendo un reto.